DEJANDO HUELLA
Hemos recorrido media Península, desde el Este hasta el Norte, desde el Mediterráneo hasta el Cantábrico. Ida y vuelta por diferentes caminos, pero por similares paisajes. Asimilando imágenes, tomando el pulso a la salud de los ecosistemas, convertidos ya en inmensos polígonos agrícolas de monocultivos o en pequeñas reservas turísticas de “biodiversidad protegida” Inmensas llanuras de cereal alternando, ¿en rotación? con girasol muy probablemente subvencionado. El más absoluto de los secanos y el regadío forzado con inmensos aspersores. Y los regueros, los arroyos, los ríos, los embalses y los pantanos secos. Secos como la tierra baldía que rotura el tractor entre nubes de polvo, secos como los pastos donde antes había ganado, secos o afectados como muchos de los pinos replantados en décadas de reforestación mal entendida. Y siempre subidos en la máquina de destrucción masiva, alimentada con los escasos restos que quedan de nuestros antepasados no humanos, y desde la frialdad de e...