POPI
Cabezona, bastante independiente pero también muy faldera, los últimos años le decíamos la Reinona porque así vivia. Dormía conmigo la siesta, pero si estaba Celia prefería meterse en su regazo bajo la manta, le gustaba sentirte cerca. A Marisa nunca la perdía de vista, la esperaba junto a la puerta cuando salía de casa y la seguía por la calle sin necesidad de collares y ataduras Marina le enseño a dar besos con lengua, y si tu le acercabas tu boca ella te la lamia .Le encantaba la huerta, se revolcaba en la tierra fresca y se frotaba en la menta, pero le costaba moverse por el monte, demasiadas piedras para esas patitas tan pequeñas
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